Amigos con derecho El Puerto de Santa María
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La primera vez que vas a visitar el Puerto de Santa María te aviso que deja un sabor dulce en la boca. Tan dulce como sus vinos. Puede alardear de su cielo azul una infinidad de días al año, una rica y variada gastronomía, y sus vinos son de lo mejorcito de España.
Por no hablar de los gaditanos, que tienen un sentido del humor para no parar de reír, pixa. Lo reconoce hasta una siesa del norte. Me imagino que a estas alturas conozcas el toro de Osborne , uno de los símbolos españoles por excelencia. Durante la visita a la bodega te vas a empapar de vinos, vas a aprender del proceso de elaboración y vas a finalizar con una buena cata de vinos. Pero donde literalmente te vas a empapar de verdad es cuando intentes "venenciar" el fino. Un arte que, precisamente, a mí no se me da especialmente bien.
Lo tengo claro, yo prefiero beber vino que venenciar. También hay varios personajes históricos que dejaron huella en El Puerto. Cristóbal Colón estuvo por aquí preparando su segundo viaje al Nuevo Mundo. Es un castillo-fortaleza que mandó construir Alfonso X el Sabio sobre una antigua mezquita. Resultado de la intensa actividad comercial que tenía El Puerto antiguamente.
Un plan muy interesante y ameno, sobre todo si vas con niños, es hacer una visita guiada por El Puerto de Santa María. Ya sabéis que yo soy muy fan de los atardeceres. Si el atardecer encima lo disfrutas desde un velero es simplemente una auténtica gozada.
Nosotros estuvimos dando un paseo en velero desde Puerto Sherry hasta casi el Puente de la Pepa. Si no tienes un colega con barco en El Puerto y tienes ganas de disfrutar del paseo, te recomiendo la empresa Sail.